Por: Enrique Adolfo Simmonds Barrio
Cada vez se aprecia con mucha más frecuencia como la Inteligencia Artificial – IA (Artificial Intelligence – AI) se está mezclando en los distintos campos de la vida diaria, inclusive en diversas profesiones y actividades; la arquitectura no está exenta a ellas. En la actualidad se está comenzando a apreciar como la IA comienza a ofrecer aportes significativos en el campo del diseño arquitectónico.
En este sentido, ya comienza a observarse como tecnologías de IA comienzan a combinar, analizar y producir productos a partir de instrucciones dadas por el usuario. Tal es el caso de Dall-E1, la cual permite el procesamiento de información de acuerdo a las entradas dadas por dicho usuario, teniendo como resultado imágenes. Estos resultados surgen de la consideración de dichos conceptos.
De acuerdo con Kerner (2023)2, Dall-E es una tecnología que posibilita a los usuarios a la creación de nuevas imágenes partiendo de texto, siendo de diferentes estilos de acuerdo a las instrucciones impartidas por dicho usuario. Adicionalmente, este articulista refiere: Dall-E 2 mejoró los métodos utilizados en su primera generación para crear imágenes más fotorrealistas y de mayor calidad. Entre
las formas de trabajar de Dall-E 2 se encuentra el uso de un modelo de difusión que integra datos del modelo CLIP para ayudar a generar una imagen de mayor calidad.3. (versión traducida por DeepL).
Ahora, si en este escenario planteado cambiamos el usuario general por un estudiante de arquitectura, el cual debe enfrentarse a un ejercicio de diseño arquitectónico y donde debe
considerar variables medioambientales, normativas, físico-culturales de un lugar determinado, chequeo de referentes arquitectónicos de valor para la investigación, algo de subjetividad e inspiración personal, entre otros aspectos, todo amarrado a un eje transversal llamado creatividad, ¿Qué podría ocurrir en dicho escenario? ¿Es hipotético? ¿Es real?. A criterio del investigador, y tomando un rol de docente, el estudiante no estaría exento a colocar o escribir las palabras de dicho ejercicio de diseño dentro de esta tecnología, para que la inteligencia artificial «piense» por él, «cree» por él, «proponga» por él; tome las veces de él. ¿Qué tan favorable para el aprendizaje de la carrera de arquitectura pueden llegar a ser este tipo de tecnologías que se encargan de cierto tipo de procesamiento de información y conceptos?
Asimismo, y partiendo de acontecimientos que ocurrieron, que fueron reales, donde estudiantes de arquitectura emplearon tecnologías de inteligencia artificial para que éstas «propusieran» mejoras a los proyectos, «propusieran» acabados arquitectónicos, generando imágenes renderizadas, se hace crucial que dichos estudiantes reciban formación y orientación específica en el uso de tecnologías de IA aplicadas a arquitecturas, a hacer el mejor uso de ellas, a no dejar de lado la inspiración personal, la creatividad personal, la subjetividad personal.
Lo anteriormente expuesto, no pretende desmeritar o minusvalorar las tecnologías de Inteligencia Artificial – IA, por el contrario, se busca que se pueda integrar a procesos educativos, especialmente arquitectónicos, pero de manera responsable, coherente, acertada, ética. A este respecto, Florian (2023)4 en su artículo “Can Artificial Intelligence Systems like DALL-E or Midjourney Perform Creative Tasks?”, escribe:
Una de las características más interesantes es la capacidad de combinar conceptos no relacionados. Esta capacidad podría tener implicaciones en los campos de la arquitectura y el diseño, ya que permite que la arquitectura y el diseño de productos se inspiren en conceptos aparentemente inconexos. Los modelos generativos de IA animan a los diseñadores a explorar un mayor número de
posibilidades de diseño desde una nueva perspectiva, ya que reduce el tiempo entre la intención y la ejecución. Ofrecen una forma accesible de jugar con los datos y generar variaciones imaginativas de soluciones a problemas creativos5. (versión traducida por DeepL)